Montañas de piel muerta se fríen como copos de fécula en una sartén llena de aceite hirviendo. El sol barcelonés desintegra barreras sebáceas, se merienda la película de crema solar y se ceba con la dermis de la muchedumbre. Si no llego al agua en menos de dos minutos, seré una corteza de cerdo carbonizada.
No resultará fácil zafarse de las masajistas chinas. Un ex convicto me ofrece mojitos pero no le miro a los ojos. Habrá que dar saltos muy precisos para no meter el pie en la boca de algún guiri. Cabeza siempre gacha: los balonazos de los flipaos del vóley te pueden dejar KO. La arena incandescente convierte los callos de tus pies en burbujitas de manteca.
Me salen branquias, aplasto un perro, piso un cagarro, me adapto a los tres grados adicionales en la temperatura del agua a causa de la acumulación de meados y ¡splash!
Y llego al agua. Un panoli jugando a palas en la orilla me suelta un codazo en la pleura, pero da igual, soy Namor, me salen branquias, aplasto un perro, piso un cagarro, me adapto a los tres grados adicionales en la temperatura del agua a causa de la acumulación de meados y ¡splash! Un día más de vacaciones, salud y relax en la maldita playa.
¡Vamos a la playa, no, no, no, no, no!
La mitificación de la playa como cúspide de la buona vita es una de las ideas más autodestructivas que ha alumbrado el homo sapiens. La playa es una concesión de la sociedad al salvajismo, la antiestética y la insalubridad. Durante treinta días podemos vestir y comportarnos como simios: es el premio a un año de tensiones en la oficina, nos hemos ganado el plátano.
La mitificación de la playa como cúspide de la buona vita es una de las ideas más autodestructivas que ha alumbrado el homo sapiens
Las playas son vertederos camuflados con desembocadura al mar. No hablo de calas idílicas, hablo de playas hardcore, masificadas. Me pregunto quién fue el genio que consiguió venderle al ciudadano que el paraíso es hacinarse desnudo en una porción de costa contaminada, atiborrada de gente maleducada, meados y colillas. ¿Cómo luchar contra esta asociación perversa de playa y placer? Pues recopilando humildemente algunos ideas disuasorias (avivadas por índica de la buena) y ganándome el odio de media población dominguera. La playa es una mierda asquerosa y aquí están las claves.
La playa saca lo peor de nosotros
El ser humano se deshumaniza en la playa. Su comportamiento es vergonzoso. Castellers en el agua, peleas de broma, pistolas de agua, gritos guturales, picores genitales que se mitigan sin pudor… Al final acabaremos quitándole los piojos a nuestra novia y los pondremos en el Colajet a modo de crocanti.
Photo © www.efetur.com
Orinal y cagadero
La playa libera esfínteres. Al entrar en contacto con el agua, los bañistas vacían sus vejigas y crean una corriente subacuática de orines termales que le dan un candor de lo más agradable al gélido caldo mediterráneo. De hecho, cada año aparece algún estudio que avisa a la población: las bacterias fecales prosperan felices en las orillas de playas masificadas. Porque no solo se rinde el esfínter del aparato urinario, en algunos casos también ceden las murallas anales durante el chapoteo, y muchos optan por hacer de cuerpo en remojo, dejando un regalito flotante. Imprescindible nadar con la boca cerrada para evitar sustos e ingestas inesperadas.
¡Castillos de E.coli!
Miles de personas amontonadas, cociéndose a 40 grados centígrados; mamíferos que secretan fluidos y generan desperdicios. La arena engulle esa basura y la deja cociéndose bajo la alfombra todo el santo día. Que haga chup-chup. Gracias a este vivero infeccioso de deshechos en fermentación, el humano playero debe compartir espacio con una simpática bacteria llamada E.coli. No lo digo yo, lo dicen incontables estudios: cuando tu crío cava en la arena puedes decirle sin problemas: “hijo mío, este castillo es una mierda”, pues estarás siendo fiel al sentido más literal de la expresión.
La peor chusma se cita en la playa
Me caerán palos por doquier, pero la verdad es la que sigue: en la playa hay un altísimo porcentaje de chusma. Un episodio de Gandía Shore rodado por un canal ucraniano. Hay tipos que se creen la reencarnación de Brad Pitt antes de que Brad Pitt haya muerto. Tronistas hipertrofiados que hacen acrobacias en la arena. Swaggers. Canis. La pústula guiri. Los que se montan un camping, comen ensaladilla podrida y obligan a la yaya a cortar la sandía. Los flipaos del vóley-playa. Los cretinos que ponen EDM y reggaeton a toda hostia para deleite del resto de bañistas… Good morning, Vietnam!
Cerveza bier
En la Barceloneta puedes comprar de todo. ¡Y sin pagar el IVA! El problema es que resulta imposible echar una siesta. Cuando no te pega un grito el tipo de los mojitos, te zarandea una china masajista. Cuando el de los tatuajes falsos no te ofrece cocaína por lo bajini, aparece un colgao con varios porros hechos y te los mete en la boca. Y cuando ya estás a punto de quedarte gustosamente dormido, ¡boom!, el mantra final, el gallo despertador, la voz que siempre te devuelve a la vigila en cualquier playa de Barcelona: cerveza bier, cerveza bier, ¡¡¡¡abre los ojos!!!!
La desnudez NO ES BONITA
Acabemos ya con las falsas muestras de satisfacción con nuestro cuerpo gelatinoso. No al engañabobos del fofisano. El 95 % de la población aborrece su cuerpo desnudo y por ende, a menos que tenga una amazona o un nadador delante, todavía se siente más violentada ante la presencia un extraño en cueros. Imaginemos esta sensación de repulsión y bochorno multiplicada por mil: tetillas masculinas infladas por el exceso de estrógenos, lorzas rebozadas de arena, varices, quistes sudados, glúteos paquidérmicos, papadón preach, durezas plantares, granos de pus en la espalda, ¡pelos en los hombros, joder! Y la cosa va a peor cuando te topas con algún nudista infiltrado: hablo de estos señores intrigantes que se presentan en la playa generalista en bolas, y se pasean por ahí con la picha cual garbancito, sin atender a los gritos de terror de niños, viejas y cormoranes.
Las selfies de piernas mirando al mar
Aprecio con dolor que el influjo playero ha hecho mella en Instagram. Cada verano esta red social es asolada por una plaga de fotos absurdas que las chicas hacen a sus piernas mientras están tumbadas en la toalla. Bloggers, anotad esto en vuestra agenda: Hot dog legs are so passé…
Si odias la playa eres un maldito leproso
Si aborreces la playa y no quieres que en septiembre tus colegas te tomen por un satanista con tendencias suicidas, mejor consíguete un buen moreno de piel en algún Solmanía. Un melanoma es fundamental para ascender en la jerarquía social del mainstream. Y si eres un aguafiestas y te niegas a cultivar ese precioso cáncer de piel por el que todos pujan, te recomiendo que no vayas de chulito y digas que la playa es una puta mierda. Si juegas esta peligrosa carta, tu círculo de conocidos pensará que tienes la lepra o varios cadáveres en la nevera y acabará pasándote los Tranchetes por debajo de la puerta.
Conclusión
Te achicharras en veinte centímetros cuadrados de arena putrefacta, expones a tus hijos a toda suerte de bacterias asesinas, tragas agua llena de restos fecales cuando nadas, pagas 5 euros por una Pepsi, te rozas piel con piel con humanoides deformes y de paso te roban algún objeto valioso cada vez que te levantas de la toalla. Pero sigues acudiendo a la sala de torturas. Sigues castigándote. Solo me queda parafrasear a Puturrú de Fua y darte un consejo a la desesperada: no te olvides la toalla (ni la máscara antigas) cuando vayas a la playa.
julio 15, 2015
Mucha razón, sobre todo en las playas de Barcelona abunda la gente maleducada, que grita, corre, come y deja basura etc…con sus niños y todo. En lo único que no le doy la razón es en esa frase donde según usted..»aplasta un perro y pisa una caca». Déjeme decirle que ojala tuviera razón porque eso significaría que los perros también tiene derecho a disfrutar de la playa, pero NO, en esta ciudad NO. Y fíjese en toda la mierda que dejan los humanos, hasta tampax y pañales sucios encuentras en una playa de Barcelona al final de la tarde. ¿Cuando un perro genera tanta porquería?. Como mucho una caca y eso si el amo no la recoge, que también hay muchos, pero son o somos mas los que tenemos perro y asumimos la responsabilidad de recoger sus desperdicios fecales. Ponga otro ejemplo sobre lo desagradable que resulta ir a la playa en verano, tiene material de sobra para hacerlo y deje a los pobres chuchos en Paz que ya bastante tienen con no poder disfrutar del mar.
julio 16, 2015
Entiendo mucho de lo que dices, pero mi odio únicamente está orientado a esas playas que describes, Benidorm, Gandía, Barcelona, Valencia, algunas de Mallorca donde se reúnen lo mejorcito de cada país, como Magaluf (ingleses) o el Arenal (alemanes). Pero este verano me he venido a vivir y trabajar en Menorca, y esto es otra cosa. Cierto es que hay algunas muy turísticas, y en estos meses de verano hay más gente. Pero lo que tiene esta isla es lugares perdidos con unas calas y unas aguas que ya le gustaría al Caribe, no hay nada de lo que describes y es un lujazo tener una cala para ti solo, algunas con sombra natural, el agua a la temperatura que tiene que estar, sin orines, sin cremas, sin plásticos y sin lololós (es un término inventado, engloba a todos esos batracios que gritan lo lo looooo en los fútboles o cuando van borrachos, la ramificación es enorme y abarca a muchos tipos de chusma actual). Echa un vistazo a mi web y decidme si no es apetecible pasar un día en una de estas playas, con un buen libro y una nevera llena de cervezas.
julio 16, 2015
Cómo se te ocurre ir a una playa en Barcelona? te lo tienes merecido! Tampoco vayas a Torremolinos ni similares. Hay otras idílicas pero no te las diré para que la chusma no las invada 😉
julio 17, 2015
Oscar, eres lamentable. Liberate de tus prejuicios y serás mucho mas feliz. Un saludo!
julio 18, 2015
Joder, ya empezaba a pensar que era la unica que odiaba la playa y de los «acuapark» ya ni hablar.
junio 15, 2016
No eres la única yo también odio todos los recintos de agua ya sean playas, piscinas o acuaparks, a lo aburridos que son esos sitios, solo puedes nadar y tomar el sol, se suma el montón de canis y chonis que van a esos lugares.
septiembre 28, 2016
Jaja yo también pensé que era la única persona que odiaba esos lugares.
julio 18, 2015
Si, tienes razon. La playa en barcelona es una mierda. El turismo en barcelona es una mierda. Que putada os hicieron con la olimpiada.
Hala, a joderse.
P.D. Cantabrico rules the summer
julio 18, 2015
Demasiados gifs, no sabia si leer o no leer.
julio 30, 2015
Pues estoy totalmente de acuerdo: la playa es para los chusmas.
noviembre 24, 2015
Sí, muy divertido pero no tiene usted credibilidad alguna mientras siga formando parte de esa mierda seca que es el espacio de Alfonso Arús y su santa…
junio 15, 2016
El origen de todo eso debió de estar en los años 80, lo digo porque recuerdo que mis abuelos no tenían esa afición obsesiva por ir al agua, solo alguna vez al río y para estar más en la orilla que bañándose, por eso creo que es una moda aparecida en los años 80 al calor de la desaparición del franquismo y la bonanza económica que hubo después (derroche de agua y dinero) pero que no se va y aun sigue siendo lo normal que tengas tu piscina y vayas de vacaciones a la playa, se ha convertido en una costumbre social muy arraigada, va ser difícil que desaparezca.
septiembre 28, 2016
Estoy de acuerdo
julio 13, 2016
Uno de los mejores artículos que leído en los últimos meses.
Firma una maldita leprosa
Anna R. Alós
septiembre 28, 2016
jajajajaja yo me uno al club de leprosos
septiembre 28, 2016
Excelente artículo
abril 7, 2017
Bueno hay gustos para todo si o te gusta no vayas jejeje en fin como dijo un delfin , tenemos el paraíso y lo llenamos de mierda para que unos cuantos s rellene los bolsillos asi pues machaquemos a esos cuantos que el pobre ni avisto la playa y mas quisiera el estar entre ricos playeros maricas ricos pero no es así menos llorar y mas acción coño!!! saludos buen post amigo
julio 18, 2017
Todos los años, cuando llega el verano, me leo este artículo, a modo de biblia.