
Cae esa lluvia de mierda que te hace sentir ridículo con un paraguas, pero te cala el hoodie hasta volverse molesta; es una llovizna que hurga y hurga, la muy cabrona. Llega el tren. Sábado, 8 de la tarde. Me encuentro en la parada de Plaça Espanya, a punto de coger un ferrocarril que me ...