Contra el dictador del aire acondicionado

Hace un calor que te torras. La oficina produce vapores venenosos y hiede con más intensidad que la habitación de hotel de Gerard Depardieu. Eau de callos como ambientador, humaredas sobaquiles manchando las paredes como escupitajos de sarro, ascazo máximo intensificado por los que han perdido la arcaica costumbre de ducharse cada mañana… El vestuario ...