Se acerca el fin del verano y es momento de repasar los hits más repetidos y manidos de Instagram, esos géneros de la red social de fotografía en el que todos hemos caído alguna vez, esos bodegones, poses, paisajes y postureos de diverso pelaje que se repiten en verano más que el gazpacho con ajo. Originalidad a raudales con procedencia made in Tailandia, Menorca, Formentera, Japón, islas griegas o road trip rollito surfer. Sin filtros, sin censura, sin ánimo de descubrir América, con intención de dejar constáncia documental de esta série de tics veraniegos de IG -algunos ya con un par de años de antigüedad- para que dentro de diez años podamos echar la vista atrás y repasarlos con la misma nostálgia, ternura y vergüenza ajena de la que hoy se habla de los chats de mIRC, de los perfiles de Fotolog o del buscador Ozú:
1 Pies en la orilla: un «hit» atemporal. Fotografiar-se los pies en la orilla del mar o de la piscina sigue siendo uno de los hits del verano, aunque con menor intensidad que el año pasado donde los fetichistas de los pies tenían en Instagram su catalogo más preciado. Juanetes en «La Graciosa», callos en «Caños de Meca», pies planos en «Maó… en definitiva, pies en la orilla «still kicking». Aunque algunos estén duramente castigados por la industria zapatera, el pudor se deja a un lado para mostrar la vista subjetiva del instagramer, en plan «esto es lo que estoy viendo ahora mismo mientras tu estás aburrido cotilleando Instagram«. A veces también es un «no te voy a mostrar la mella que ha dejado en mi tanto #fingerfood en primavera, así que tendrás que conformarte con este plano podal«.
2 #Underwater: es el año de las cámaras subacuáticas. GoPro’s y sucedáneos submarinos están haciendo las delicias de los aprendices domingueros de Jacques Cousteau. Aunque el trabajo de postproducción es duro (los iPhones y la mayoría de smartphones no son acuáticos todavía, entonces hay que enviar las fotos de la GoPro al smartphone, allí subirlo a IG, etc) esto no impide que el timeline de Instagram esté infestado de gente con gafas de buzo tipo «Repu la fea» haciendo muecas extrañas mirando a cámara en una especie de homenaje a Bob Esponja. Cuando al «underwater» se le une el «palo selfie» las muecas delante de cámara se multiplican por dos. ¿Dónde están los tiburones cuando se les necesitan?
3 Alita de avión: ¿Quién no ha tenido nunca el impulso de sacar el móvil en pleno aterrizaje para inmortalizar el paisaje a vista de pájaro con parte de la ala del avión incluida? Ni las advertencias de las azafatas sobre los aparatos electrónicos aplacan las ganas irrefrenables de mostrar a tus seguidores la inauguración de tus vacaciones. «XXX (poner destino), allá vamos» (allá vamos si no jodes los cuadros de mando del avión con tus interferencias…).
4 «Aquí pasándolo mal»: la broma irónica por excelencia de los «cuñaos». Todas las fotos que contienen un pie de foto tipo «Aquí, pasándolo mal» incluyen imágenes de playas, paisajes idílicos, comidas copiosas o camas balinesas de resorts «luxury». Se disfraza de ironía lo que es una puñalada trapera con giro de muñeca directamente a tu ego y a tus vacaciones mediocres. Ver este tipo de fotos cuando estás en la oficina provoca más urticaria que la foto de Rato saltando del yate. Además «Aquí pasándolo mal» tiene su su expresión prima-hermana en «¡Pues no estamos tan mal!» y su hermana pequeña «¡Oye, ni tan mal!«, todas ellas motivo de súbito unfollow.
5 Palo-selfie: pues eso, el gadget estrella de este año toma todo su sentido a la hora de encuadrar jetos con paisajes idílicos o monumentos como el puente de San Francisco, el templo budista de turno, el Empire State o las casitas de Santorini. No intenten ofrecerse a este tipo de turistas para hacerles la foto en condiciones, la gracia está en hacer el “monguer” con el palito.
6 «Pisa style»: esto ya era un clásico en la era analógica. Estamos hablando de la típica foto donde se juega con el efecto óptico y se intenta tocar con el dedo la punta de la torre de Pisa, de la Torre Eiffel, la pirámide de Giza, el Burj Khalifa de Dubai, la antena de Collserola, el faro de Formentera… un no parar de juegos visuales que no por añejos dejan de ser tiernos y entrañables.
7 #Freethenipple: y ahora si que ya entramos en la más rabiosa actualidad. Instagram sigue con su cruzada puritana censurando cualquier atisbo de pezón femenino que aparezca en su red social, ya sea el de una mujer que ha dado a luz y amamanta a su bebé bajo un rayo de sol que entra por la ventana, ya sea el pezón de Sasha Grey apuntado a los más bajos instintos de sus seguidores. Saltarse la censura de Instagram y enseñar aureola se ha convertido en el deporte de moda entre las instagramers más «open minded», mientras la mayoría del público masculino, claro, hace la ola a base de likes, corazones y comentarios jocosos.
8 #Bookporn o «el libro»: uno de los hits del sector más cultureta (o más «wannabe cultureta») de Instagram es el «Lecturas de verano». Si, la típica foto de una portada de libro, con fondo de piscina o playa, acompañada de algún texto presuntuoso tipo «Mi lectura de verano: Guerra y Paz de Tolstói» (si claro, y las crónicas de los reyes católicos…). No se a que tipo de playas o piscinas van esta gente, pero hoy en día hay que ser muy optimista para llevarse un libro a la costa. No dudamos de la autenticidad en las intenciones de algunos ávidos lectores, pero la mayoria de estas fotos tienen un «behind the scenes» que incluye dejar el libro en la bolsa, whatsappear en el grupo de amigos, ir al bar a buscar alguna bebida refrescante, ponerse crema, volver a mirar el libro, conectar Spotify, desistir del libro y finalmente bañito.
9 #Mediterraneamente: Estrella Damm nos ha vendido el sueño de las vacaciones ideales durante años, esas en que navegas con un velero por las Baleares, conoces a tu rollete de verano, el futuro Ferran Adrià te prepara una paella con productos frescos y luego quemas las calorías en una rave hipster bajo la luz de la luna. Así pues, esta etiqueta engloba todo aquello que hace referencia a esta idealización del verano: tapas y birras en un chiringuito de playa, amigos saltando de acantilados, veleros anclados en costas «virgenes», faros, cangrejos, alpargatas menorquinas y paredes blancas con suelos de adoquines. Si tu perfil de Instagram suele ser una idealización de tu vida, un «best of» de tus momentos para recordar, entonces en verano, y bajo el influjo «Estrella Damm», alcanza el clímax de actualizaciones, tantas que tienes que usar la etiqueta #latergram para no saturar de golpe a tus seguidores con tus movidas mediterraneas.
10 Nubarrones de hashtags: ningún artista sería nada sin su queridísimo público, y en la carrera del ego todo vale para conseguir «likes» (hasta comprar paquetes de seguidores asiáticos o árabes de dudosa procedencia). Aunque la opción más común es picar piedra a base de etiquetar tus fotos con interminables hashtags, a cada cuál más surrealista: #mallorca #babes #playuki #igersbaleares #igersmallorca #iphonesia #vscocam #aceitunas #platodeaceitunas #olives #idó #shorabaixa #lunes #lifestyle #ootd #yomequedoaqui #tagsforlikes #moments #momentsinlove… Mención especial para toda esa gente que no deja espacio entre los hashtags, no hay nadie al volante en esos cerebros.
Y dentro de un par de meses… las fotos de «Peli, sofá y mantita».
Dejar una respuesta