
Modernilandia existe. No la ves, pero actúa como un pedo furtivo de ascensor: percibes su incómoda presencia a tu alrededor, arrufas las aletas nasales, no puedes escapar de ella. ¿Nunca Jamás? ¿Invernalia? Fantasía. Modernilandia va muy en serio. No ha surgido de la mente de ningún escritor diabético de 200 kilos, pues se trata de ...